Sólo, perdido, el frío seco de las montañas aumenta mi desesperación. Las ideas se contradicen en mi cabeza, mientras por un lado trato de mantenerme positivo por el otro analizo todas las posibilidades de muerte que hay en los cerros.
Decidí detenerme a dormir un poco, pero sin movimiento el cuerpo se me esta entumeciendo. Mejor reanudo la marcha. No siento los dedos de los pies ni los de las manos, lamento no haber traído los guantes que me regaló Moni, Fede se va a reír tanto cuando le cuente que me perdí!
Por fin el día, ahora voy a poder dormir. No hay nada para comer ni con que resguardarse del frío de la noche. No veo las horas de estar en casa.
Ya pasaron 4 días desde que se me acabaron las provisiones (sanguches y la botella de agua). No hay un puesto a la vista.
Miren lo que es el destino! La senda equivocada me llevó a hoy. A pesar de todo estoy tranquilo, tengo la sensación de que así estaba escrito. Lo más seguro es que termine aquí, pero esta bien, voy a estar bien. Ya no me siento solo. No me duele nada, simplemente voy perdiendo las fuerzas.
Es un hermoso día de sol, los amo a todos.
Julián.